BREVE SOBRE ROSA LUXEMBURG
[Rosa Luxemburg hacia 1908.]
Rosa Luxemburg nace en Zamosc, Polonia, el 5 de marzo de 1871. Se incorpora muy joven a
las actividades socialistas. Hacia 1887 se une en su país natal a un grupo del
Partido “Proletariado”. Dos años después, ante el riesgo de ser detenida por
sus actividades revolucionarias, pasa a Suiza, donde inicia estudios
universitarios (especialmente Ciencias políticas, Economía e Historia) y
continúa militando en un grupo de simpatizantes socialistas. En 1893 es
delegada por el Partido Socialdemócrata del Reino de Polonia y Lituania en el
Congreso de la II Internacional realizado en Zurich. En ese periodo colabora
con publicaciones políticas de Suiza, Alemania y Francia.
En 1898 (a los 27 años) se traslada clandestinamente a Alemania, donde comienza a colaborar en las más importantes publicaciones socialdemócratas. En el punto álgido de su formación, militancia y experiencia en el seno de la IIª Internacional, lleva adelante la crítica profunda y el combate decisivos contra las corrientes reformistas (“revisionistas”), oportunistas y centristas de dicha Internacional, tendencias representadas por Eduard Bernstein, Karl Kautsky y otros. Es entonces fundamental su teorización sobre la relación entre reforma y revolución (de allí nace su gran obra “¿Reforma social o revolución?”).
En 1898 (a los 27 años) se traslada clandestinamente a Alemania, donde comienza a colaborar en las más importantes publicaciones socialdemócratas. En el punto álgido de su formación, militancia y experiencia en el seno de la IIª Internacional, lleva adelante la crítica profunda y el combate decisivos contra las corrientes reformistas (“revisionistas”), oportunistas y centristas de dicha Internacional, tendencias representadas por Eduard Bernstein, Karl Kautsky y otros. Es entonces fundamental su teorización sobre la relación entre reforma y revolución (de allí nace su gran obra “¿Reforma social o revolución?”).
Entre 1903 y 1904 sostiene una importante polémica con Lenin, los bolcheviques
y los mencheviques, en torno a las cuestiones de la organización partidaria y
de las nacionalidades. De agosto a octubre de 1904 cumple su condena en Zwickau
por haber “insultado a Su Majestad” en un discurso. Con la extraordinaria
experiencia obrera y popular de la revolución rusa de 1905, ingresa a la Polonia rusa con el objeto de impulsar la revolución. En marzo de 1906 es detenida y mantenida
en prisión durante cinco meses (allí realiza una huelga de hambre de seis
días). Una vez liberada, Rosa se traslada a San Petersburgo, donde discute y milita codo a codo con los bolcheviques. Contribuye teórica y políticamente con sus
fundamentos sobre la relación entre huelga de masas y revolución. Escribe en Kuokkala, Finlandia, su importantísima obra “Huelga de masas, partido y
sindicatos”. De vuelta en Alemania, el tribunal de Weimar la condena a dos
meses de prisión (junio-julio 1907), acusada de incitar a los obreros alemanes
a seguir el ejemplo revolucionario de los obreros rusos.
En los próximos años la actividad de Rosa es muy intensa en el plano teórico
tanto como en el práctico. Escribe en la prensa y da cursos de Economía
política en la escuela partidaria; participa en las acciones y agitaciones
públicas ante auditorios obreros; e interviene en todos los congresos de la
Socialdemocracia del periodo. Produce gran cantidad de escritos, estudios e
intervenciones notables en temas como el militarismo, la organización
partidaria, el papel de los sindicatos, la lucha parlamentaria, el derecho de
voto de la mujer, el imperialismo, el internacionalismo, etc. Son destacables
sus estudios económicos (sobre todo la “Introducción a la economía
política” y “La acumulación del capital”) y sus numerosos
ensayos políticos e históricos, así como los artículos de carácter social y
cultural.
En 1913, por un discurso en Frankfurt contra el militarismo y a favor de la
fraternización, es condenada a un año de prisión (que cumplirá forzosamente
entre febrero de 1915 y el mismo mes de 1916). En junio de 1914 se le inicia,
asimismo, otro proceso por “ofender al ejército” por su defensa de los soldados
ante el maltrato al que eran sometidos, proceso que es cancelado por una
abrumadora derrota del gobierno en los estrados (sus defensores presentan
30.000 firmas de soldados agraviados que testificarían ante el tribunal en su
defensa).
La ruptura definitiva con la Socialdemocracia se produce el 4 de agosto de
1914, cuando sus representantes en el Parlamento votan a favor de los créditos
de guerra, comprometiéndose en el apoyo al militarismo imperialista alemán. De
esta ruptura nace el Grupo “Internacional” (1914) –del que es fundadora junto
con Franz Mehring, Leo Jogiches, Clara Zetkin, Karl Liebknecht y otros– y más
adelante el Grupo Spartakus, en 1915-1916. Con sus camaradas, Rosa milita
intensamente por convertir la lucha contra la guerra imperialista en lucha de
clases por la revolución socialista. Por eso es detenida nuevamente el 9 de
julio de 1916. Tiene entonces 45 años.
La revolución rusa de 1917 liderada por los bolcheviques tiene un efecto
crucial en la postura política de Rosa ante los acontecimientos. Defiende sin
ambages la revolución del proletariado y desde la prisión no desea otra cosa
que intervenir a favor de la misma y por su extensión en Alemania y en toda la
región.
Con la amnistía del 5 de noviembre de 1918 impuesta por la insurrección
proletaria, Rosa puede abandonar la prisión. De regreso en Berlín el día 10, y
a pesar de su precario estado de salud, se incorpora al trabajo en la redacción
de “Die Rote Fahne” (“La Bandera Roja”) y retoma la acción con sus
camaradas espartaquistas y bolcheviques. Apenas un mes después, en medio de una
situación revolucionaria muy compleja y llena de acechanzas, organiza, con sus
compañeros de la Liga Spartakus, el Congreso para la fundación del Partido
Comunista de Alemania, para el que redacta su Programa. Pero el 15 de enero de 1919,
a solo dos semanas de ese
acontecimiento crucial, la Socialdemocracia y sus aliados
contrarrevolucionarios detienen a los líderes espartaquistas Rosa Luxemburg,
Karl Liebknecht y Wilhelm Pieck y esa misma noche asesinan artera y
cobardemente a Karl y a Rosa, intentando tapar las huellas de su crimen. Leo Jogiches,
su compañero de casi toda la vida, saca a la luz los hechos auténticos y
desenmascara a los culpables. Es asesinado –también arteramente– dos meses
después. Y junto con sus líderes, miles de espartaquistas leales caen en la
lucha revolucionaria o como víctimas de la reacción capitalista organizada.
Como afirma Paul Frölich: “… Asesinada por el enemigo en el
punto culminante de la lucha, su muerte (…) se eleva por encima del horror de
esa muerte. Se convierte en un símbolo. Un hombre brutal, marcado con las taras
de la degeneración y animalizado por el oficio de la guerra, destroza, sin
saber lo que hace, porque así se lo han ordenado, el hermoso recipiente que
contiene al genio. Así fue como en estos días de enero, el odio asesino, la
brutalidad y el servilismo a las órdenes de la barbarie capitalista derrotaron
los anhelos de libertad del proletariado”.
Alemania entra en un periodo de enfrentamientos y convulsiones
económicas, políticas y sociales que dejarán sus marcas y enseñanzas por décadas.
Pero con Rosa Luxemburg, la Revolución obrera, socialista e internacionalista
proclama a viva voz, resonando aun en nuestros días: “¡Fui, soy, y seré!”.
[Buenos
Aires, mayo 2020 - Editores del Espacio Rosa Luxemburg]
Una vida tan comprometida con sus ideales sociales y políticos merece que se le dedique una página y mucho más aún... ideales que se profundizan a favor de las poblaciones de trabajadores y sufrientes de toda esta organización capitalista mundial... Rosa Luxemburg por siempre es una guía en esta realidad actual...
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